miércoles, 19 de noviembre de 2008

ROSETTA JEAN PIERRE Y LUC DARDENNE


El universo de Rosetta se presenta ante nosotros de manera sorpresiva como lo suelen hacer las películas de los Hermanos Dardenne. Rosetta (1999), es premiada con la Palma de oro del Festival de Cannes. Estos reconocimientos consagran a esta pareja de creadores como grandes directores del cine contemporáneo y valoran el arte que tienen de escarbar con la imagen el lado amargo de la sociedad moderna. El cine de los Hermanos Dardenne hereda la mirada de la escuela documentalista que los formo y nos remite a títulos como “Pour que la guerre s’achève , les murs devaient s’ecrouter, 1980. Posteriormente en su filmografía encontraremos largometrajes de ficción como La promesa (La Promesse, 1996), El Hijo (Le Fils, 2002) o L'Enfant, (El Niño, 2005) Palma de Oro en Cannes.
La estética de la reflexión del documental muta y se reafirma en la construcción de personajes y situaciones que evitan distanciarnos de la realidad. Las películas de los Dardenne crean imágenes antropológicas a partir del mundo interior de seres que se encuentran marginados y que se descubren en inmigrantes, desempleados, adolecentes que enfrentan duros problemas o habitantes de la periferia que están al borde del abismo y despojan sus conflictos en la pantalla, para acercarnos al mundo distante pero que choca contra lo social, lo moral, lo humano.
Al entrar en la historia de Rosetta nuestros sentidos se alteran con la presencia de la cámara en mano que agrede nuestro equilibrio. La imagen es brusca y sigue los movimientos desenfrenados de la joven; ella se aferra con violencia a la ilusión de conservar un empleo y la cámara se convierte en otro personaje más que forcejea con ella. Siguiendo de cerca a Rosetta nos introducimos en la marginalidad y decadencia social de la ciudad Belga. La periferia se dibuja hostil y alejada de todo lo que representa las oportunidades. El difícil entorno se refleja en la caravana donde habita esta joven con su madre casi como una isla rodeada de agua que impide el fácil acceso a la ciudad desarrollada. La única motivación de este personaje es la supervivencia, razón que trasciende las relaciones humanas e impone la competencia del capitalismo sobre cualquier sentimiento de amistad, dignidad, o amor que Rosetta añore vivir. El mundo contemporáneo es Rosetta y el dolor de su vientre no es más y el hastío de la realidad que debe vivir. El sentido minimalista de imágenes y su carácter realista, puede encontrar relación con el Dogma de Lars Von Trier, ya que mantiene algunos vínculos esteticos con este movimiento. En Rosetta se percibe la negación de elementos como la elaboración de banda sonora, se evita la iluminación artificial, la cámara esta siempre en mano y la mayoría de locaciones tratan de conservar la realidad. Sin embargo encontraremos en el lenguaje propio de Los Hermanos Dardenne una propuesta a revisar el cine y a reelaborar la narrativa para construir un lenguaje propio a partir de elementos que otras cinematografías poco a poco han construido pero que históricamente se han negado o evitado por ser de carácter crítico y político en su ideología. La escogencia de Émilie Dequenne, actriz natural que interpreta a Rosetta o las imágenes despojadas de artificios evidencia rasgos de lenguajes ya propuestos por Robert Bresson y se transforman en la construcción de un personaje como Rosetta. Cada recurso expresivo de esta historia podía asumirse en las palabras Jean Luc Godard: “La manera de filmar debe estar de acuerdo con el tema” y evidentemente en este film la manera en que nos acercamos a las imágenes en que solo nos faltaría oler, transforma el lenguaje del cine contemporáneo y lo hace trascender a la realidad no solo desde la percepción de una historia, un personaje y sus conflictos, sino a entender la dimensión de marginalidad, de dolor, de agonía desde la provocación de los sentidos.

María Margarita Herrera

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